La forma en la que mordemos y cómo quedan los dientes colocados al cerrar la boca, es un factor importante que, si no se realiza correctamente, puede derivar en problemas más graves de tipo esquelético y muscular. La mordida cruzada es uno de los problemas de maloclusión (incorrecta alineación de los dientes) más frecuentes.
¿Qué la caracteriza?
En una mordida normal los dientes de la arcada superior quedan por delante de los de la inferior. Sin embargo, cuando al morder, uno o varios de los dientes de la arcada superior quedan por detrás de los dientes de la arcada inferior, es cuándo se produce la mordida cruzada.
No obstante, existen diferentes tipos de mordida cruzada en función de su origen:
- Dentarias: los maxilares se encuentran en su posición correcta, pero los dientes se inclinan hacia el interior.
- Esqueléticas: el maxilar superior tiene un tamaño inferior al de la mandíbula.
- Mixtas: se producen los dos problemas anteriores simultáneamente.
¿Qué causa la mordida cruzada?
La mordida cruzada puede aparecer a cualquier edad, sin embargo, la posición de los dientes se ve afectada tanto en forma y tamaño en función de diferentes factores, como pueden ser: respirar por la boca en vez de por la nariz, succionar el dedo pulgar (algo muy habitual en los niños pequeños), colocar la lengua en posiciones inadecuadas, etc.
Las causas, por lo tanto, son diversas. A su vez, también intervienen otras relacionadas con el crecimiento, la influencia genética y la alimentación.
El mayor riesgo es que si no se corrige o trata con tiempo, a la larga estas alteraciones de la mordida pueden afectar al desarrollo y crecimiento normal de la estructura facial y favorecer la aparición de problemas dentales, musculares, óseos y articulares en el futuro.
¿Cómo se trata la mordida cruzada?
Algo fundamental en relación a la mordida cruzada es que el diagnóstico, y por tanto también el tratamiento, debe ser lo más precoz posible. Por ello es muy importante acudir a revisiones periódicas, tanto niños como adultos.
En los niños, por ejemplo, es crucial tratar la mordida cruzada a tiempo. Al encontrarse en fase de desarrollo, tanto los músculos como los huesos están creciendo y por tanto es más fácil devolverlos a su posición y favorecer su correcto crecimiento.
En su caso, el tratamiento comienza con el uso de un aparato llamado expansor que se fija sobre el paladar y se ensancha progresivamente cada día con una llave. ¿Durante cuánto tiempo? Un periodo entre uno y dos meses. Una vez transcurra ese tiempo, se fijará en una misma posición a lo largo de aproximadamente tres meses con el fin de que el hueso fije su posición al endurecerse.
Por otro lado, cuando se trata de un adulto el tratamiento es más complejo. El desarrollo dental queda lejos por lo que es más complicado moldear la posición de los huesos. En estos casos, se recurre a la ortodoncia, que puede combinarse con otros aparatos.
No obstante, si la desviación del maxilar es muy acusada y el paladar es muy estrecho, puede que sea necesario combinar la ortodoncia con una cirugía correctora.
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